Las condiciones físicas no son las mismas a los 20 que a los 40 años, está claro. A los 25 años, o extendiendo el margen, entre los 20 y los 30 años se dan en la mujer las condiciones más favorables para concebir, engendrar y parir un hijo.
Los óvulos, al igual que el resto de células del cuerpo, también envejecen, haciendo que las probabilidades de quedarse embarazada vayan disminuyendo con la edad. Una mujer de unos 20 años que esté tratando de quedarse embarazada en sus días fértiles tiene un 25% de probabilidades de conseguirlo, a partir de los 30 años tiene un 15%, a partir de los 35 descienden las posibilidades a un 8%, mientras que a partir de los 38 años, sólo hay un 3% de chance.
Aparte de la dificultad para concebir, los años también pesan en el embarazo. Después de los 35 años, hay mayores riesgos en el embarazo y el parto. Aumentan las probabilidades de complicaciones durante la gestación, de riesgo de aborto y de anomalías cromosómicas en el bebé.
A partir de los 40 años, la gestación genera una sobrecarga mayor en órganos como el páncreas, el hígado, etc., aumentando la posibilidad de sufrir enfermedades que afectan en el embarazo como la diabetes gestacional, la hipertensión, etc.
Un 42 por ciento de las 2.200 mujeres encuestadas por ForbesWoman.com y TheBump.com coinciden en que la mejor edad para tener el primer hijo es entre los 25 y los 29 años.
Por su parte, un 34 por ciento dijo que era mejor tenerlo entre los 30 y los 34 años, mientras que el 17 por ciento dijo que no hay una edad mejor que otra para tener hijos y el 4 por ciento restante opina que es preferible ser madre entre los 21 y 24 años.